lunes, 24 de diciembre de 2018

Una presentación de los 'votos religiosos': obediencia, castidad y pobreza


L O S   V O T O S   O   C O N S E J O S   E V A N G É L I C O S

MANERAS  COLECTIVAS  PRIVILEGIADAS  DE  SEGUIR  A  JESÚS
Y  HACER  ACONTECER  EL REINO.


“Busquen primero el Reino de Dios” (Mateo 6,33).


CONTENIDO
Introducción: Sentido general de los votos
1.      Voto de obediencia.
2.      Voto de castidad.
3.      Voto de pobreza.
Conclusión: El ‘Árbol del Reino’
Anexo: Votos y Eclesiología de comunión, M. Navarro
Preguntas preparatorias


Retiro: Hnas. SS.CC. Salinas. PR. Dic de 2018.



 I N T R O D U C C I Ó N.

Los votos son un servicio eclesial colectivo por el Reino


CONTENIDO
-          El tema de los votos
-          ‘El Reino es lo único absoluto’
-          Cristianas y cristianos, religiosas y religiosos por el Reino
-          Sentido general de los votos


1. El tema de los ‘votos religiosos’…
Hablar de los votos hoy puede aparecer como tema bastante ‘fuera de lugar’.
-          En un tiempo donde se promueve casi exclusivamente la libertad individual, hablar de obediencia parece mensaje que llegara de otro planeta.
-          En un momento donde se promueve el derecho al placer sin límite, hablar de castidad suena como fuera de lugar.
-          En un ambiente de derroche, de corrupción y de acumulación de riquezas jamás visto, elegir la pobreza y hacer suya lo opción por los pobres pueden dar a pensar en locura.
El ‘espíritu del mundo’ está bastante lejos de espíritu del Evangelio. Vamos a tratar de descubrir el sentido profundo de los votos, su mensaje positivo y humanizador, y su necesidad para testimoniar de la Buena Nueva que nos trae hoy Jesucristo.

2. “El Reino es lo único absoluto”
La frase es del papa Pablo 6°, que se acaba de declarar santo, en su carta encíclica “El anuncio del Evangelio” (1975). El origen de esta expresión es de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios; el resto vendrá por añadidura” (Mateo 6,33). Veamos al respeto 3 párrafos significativos de la carta del papa Pablo 6°.

-          “El anuncio del reino de Dios (8)
Cristo, en cuanto evangelizador, anuncia ante todo un reino, el reino de Dios, tan importante que, en relación a él, todo se convierte en "lo demás", que es dado por añadidura. Solamente el reino es pues absoluto y todo el resto es relativo (Cf. Mateo 6,33). El Señor se complacerá en describir de muy diversas maneras la dicha de pertenecer a ese reino, una dicha paradójica hecha de cosas que el mundo rechaza, las exigencias del reino y su carta magna, los heraldos del reino , los misterios del mismo, sus hijos, la vigilancia y fidelidad requeridas a quien espera su llegada definitiva.

-          El anuncio de la salvación liberadora (9)
Como núcleo y centro de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre todo liberación del pecado y del maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por El, de verlo, de entregarse a El. Todo esto tiene su arranque durante la vida de Cristo, y se logra de manera definitiva por su muerte y resurrección; pero debe ser continuado pacientemente a través de la historia hasta ser plenamente realizado el día de la venida final del mismo Cristo, cosa que nadie sabe cuándo tendrá lugar, a excepción del Padre.

-          Un mensaje de liberación (30)
Es bien sabido en qué términos hablaron durante el reciente Sínodo numerosos obispos de todos los continentes y, sobre todo, los obispos del Tercer Mundo, con un acento pastoral en el que vibraban las voces de millones de hijos de la Iglesia que forman tales pueblos. Pueblos, ya lo sabemos, empeñados con todas sus energías en el esfuerzo y en la lucha por superar todo aquello que los condena a quedar al margen de la vida: hambres, enfermedades crónicas, analfabetismo, depauperación, injusticia en las relaciones internacionales y, especialmente, en los intercambios comerciales, situaciones de neocolonialismo económico y cultural, a veces tan cruel como el político, etc. La Iglesia, repiten los obispos, tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos, entre los cuales hay muchos hijos suyos; el deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total. Todo esto no es extraño a la evangelización.”

Les diré que es esta frase: “El Reino es lo único absoluto” que cambió mi vida que leí en 1975, justo antes de venir por América Latina… “Un Reino tan importante que, en relación a él, todo se convierte en ‘lo demás’ que viene por añadidura”. Todo el resto es secundario: la oración, los sacramentos, el ‘santísimo’, las devociones, la misma Iglesia, el clero… Esto no significa que no es importante, sino que está o debe estar al servicio del Reino.
-          El Reino es el criterio definitivo de la vida cristiana: salvarse es construir el Reino, perderse es estar fuera del Reino.
-          El Reino es el criterio del bien y del mal: es bien todo lo que construye el Reino; es mal todo lo que lo destruye.
-          El Reino es un buen tema para la oración, para el famoso ‘examen de conciencia’ antes de la confesión o antes de dormir: Hoy, ¿en qué he colaborado a la construcción del Reino? ¿Dónde he visto crecer el Reino de Dios? ¿Dónde, cuándo, por quiénes se destruye el Reino de Dios?...

3. Cristianas y cristianos, religiosas y religiosos por el Reino
Nos llamamos cristianas y cristianos porque buscamos seguir a Jesús y seguir lo más importante que él vino a revelarnos: “Busquen primero el Reino de Dios; el resto vendrá por añadidura” (Mateo 6,33).
-          Por una parte, Jesús nos llama personalmente, a cada una y uno de nosotras y nosotros. Pero nos invita a seguirlo en Comunidad. Solos, tenemos buena voluntad, pero muchas debilidades: no vamos a lograr seguir a Jesús como se debe: radicalmente. Nos iremos acomodando a facilidades y tentaciones de la sociedad consumista, individualista, materialista que nos rodea. Por eso que la construcción del Reino se hace en Comunidades: pequeñas comunidades de vecinos, comunidades parroquiales, nacionales, con dimensión universal.
-          Por otra parte, los santos de ayer descubrieron que hay 3 ejes centrales del Evangelio que se viven mejor en Comunidades permanentes, para imitar a Jesús, pobre, casto y obediente. Es el testimonio de las llamadas ‘Congregaciones religiosas’: Comunidades de varones, Comunidades de mujeres y Comunidades mixtas deciden unirse, vivir juntos y apoyarse para trabajar más eficazmente a la construcción el Reino. Son un testimonio colectivo que provocan a los cristianos individualistas, espiritualistas y acomodados.

4. Sentido general de los votos: Los votos son signos de la presencia del Reino.
Me parece que debemos situar también los votos a este nivel, como signos, presencia y anticipación del Reino. Dejemos de limitarnos a su aspecto negativa de los votos de renuncia a la libertad, al placer y al dinero. Los votos son el centro del Evangelio y el resumen de la Bienaventuranzas. Contestan las bases deshumanizante de nuestro sistema social, son el camino que sigue Jesús para enfrentar las 3 tentaciones del diablo y del sistema capitalista que nos rige
Podríamos decir también que son las bases alternativas del verdadero modo de vivir en sociedad a parir de una opción de vida personal y comunitaria.
-          El voto de obediencia nos une al servicio de un proyecto común y organiza respetuosamente la convivencia comunitaria; entonces debe ser un ejemplo de convivir en sociedad: no estamos muy lejos de la ‘política’ en sentido de organización armoniosa del convivir ciudadano.
-          El voto de castidad apunta hacia la verdad de las relaciones humanas y el respeto mutuo; entonces tiene que ver con todas las formas de expresión y comunicación, o sea, nuestras ideas y proyectos y por lo mismo con las ideologías.
-          El voto de pobreza nos orienta hacia el compartir y la solidaridad; entonces tiene que ver con todo lo que toca lo económico y la economía, como atención y promoción de los más necesitados.
Así, hay que dejar de pensar también que los votos están solamente para los religiosos y religiosas y los sacerdotes. Están para todo los bautizados que desean tomar en serio el seguimiento de Jesucristo. Miremos más detenidamente a cada uno de estos 3 votos.



   parte :   V O T O   D E   O B E D I E N C I A.


El voto de Obediencia es el servicio colectivo de un mismo proyecto.


CONTENIDO
-          Obediencia a un proyecto común según el carisma, los capítulos y los signos de los tiempos.
-          Papel de la superiora y diálogo constante con ella y entre todas.
-          La necesidad de evaluación regulares en cada comunidad.


Preguntaba a personas adultas cómo se podría definir el matrimonio. Una mujer me contestó: “Padrecito, creo que el matrimonio consiste principalmente en obedecerse el uno al otro”. Me gustó la respuesta: en la pareja, la obediencia pasaba a ser una actitud sumamente positiva de respeto de ayuda, de igualdad, de comprensión, de respeto y de dignidad. Miremos también como toda organización social, cultural o deportiva tiene sus leyes y reglamentos: si son desobedecimos, nos hay más organización ni éxito.
La obediencia en una Congregación, me parece, no es una actitud servil, sumisa y ciega: no está para suprimir la personalidad ni peor humillar y destruir a las personas: esto sería antievangélico y pecaminoso. La obediencia es parte del desarrollo personal que se armonía en un proyecto más amplio, o sea, mediante el carisma de las y los fundadores, los capítulos que actualizan dicho carisma, y los signos de los tiempos, o sea, los llamados actuales de Dios en nuestra realidad. Con la obediencia, nos unimos al servicio de un proyecto común que sentido y felicidad a nuestro ser personal y que construye la vida y la fraternidad, primero de la comunidad que confirmamos, al construir la vida y la fraternidad de quienes servimos. Las relaciones de obediencia deben ser relaciones de respeto, de diálogo, hasta de ternura que ayuden a crecer personalmente y en entrega cada vez más total, generosa y alegre.
Conflictos, ha de haber porque somos humano, pero la obediencia no justifica la prepotencia, el desprecio, los castigos humillantes, el maltrato en público, el desprecio, qué sé yo,… El ejemplo de Jesús como autoridad no exige vivir la autoridad como la mayor forma de atención, de compasión, de perdón, de consideración, en especial al más débil y pecador, comenzando primero con las hermanas de la comunidad.
En mi opinión, la superiora es aquella persona más apta para ayudar en el crecimiento personal de cada hermana, más capaz de organizar al convivir armonioso de su grupito y más clara sobre el proyecto a realizar en común. Para lograr todo esto, ella ha de tener el talento necesario para poder asumir esta responsabilidad y no todos podemos servir para esta tarea. Se necesita también tomar el tiempo de reunirse regularmente para conversar juntas gratuitamente, para dialogar amistosamente de nuestros puntos de vista divergentes y complementarios.
Los ‘capítulos’ de la Congregación y su preparación son la ocasión de una revisión de actitudes personales y de renovación de la vida de la congregación para discernir lo que pertenece al pasado para considerarlo como tal y abrirse a los signos de los tiempos y del Espíritu, afín de seguir fieles a las intuiciones del fundador. No se puede repetir las cosas como si nada hubiera cambiado: se trata de actualizar el carisma para que responda a las necesidades de hoy, que no son modas, sino la verdadera fidelidad a un servicio que nace del seguimiento de Cristo.
Hace falta sentarse, a veces largamente, para dialogar: escucharnos, discernir entre todas. Así será más fácil programar y cambiar horarios, organizarse, repartir los servicios, capacitarse intelectualmente, armonizar los espacios para las diversas actividades de trabajo, de pastoral, de oración, de visitas y atención a su familia, incluyendo la recreación y la cultura, la música y el arte, etc.…
Jesús nos da el mejor ejemplo de obediencia a través del servicio:
-          Hebreos 10,5-10: ‘Tu, no quisiste sacrificios ni ofrendas,…. Aquí estoy para cumplir tu voluntad’.
-          Lucas 22,27: ‘Yo estoy entre Ustedes como aquel que sirve’.
-          Juan 13,12-17: ‘Si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también Uds. deben lavarse los pies unos a otros… ¡Felices si ponen estas cosas en práctica!’.


   parte  :   V O T O   D E   C A S T I D A D.


El voto de castidad es la manifestación colectiva de la transparencia
de nuestras relaciones.


CONTENIDO
-          Nuestra opción por la castidad.
-          Sentido positivo del cuerpo, de la sexualidad y del matrimonio.


La castidad no es primero un proyecto negativo de abstenerse de relaciones sexuales, de contraer matrimonio o de gozar con su cuerpo, como si todo esto fuera malo. La castidad es un modo digno de tratar nuestro cuerpo y una manera digna de comunicarse con los demás. Todos debemos estar castos respeto a nosotros mismos y a los demás: se trata de una calidad de relación hecha de verdad, de sencillez y de transparencia. Si queremos ser un testimonio para los demás, hay que comenzar por sí mismo y por nuestras relaciones entre hermanas. Por eso, hay que entender positivamente el sentido del cuerpo y de la sexualidad.
Cuando se habla de ser transparente, hay pensar en el agua: un agua es transparente cuando es pura y limpia. Igual para nosotros, somos transparentes cuando somos puros y limpios de corazón, de mirada, gestos y acciones. La castidad es esta clase de pureza y transparencia.

1.      Sentido positivo del cuerpo
Como seres humanos somos personas de relación. No podemos vivir mucho tiempo aislados y aisladas. Necesitamos encontrarnos y comunicarnos, para crecer y desarrollar todas nuestras capacidades. Estas comunicaciones se realizan mediante nuestro cuerpo, por palabras, miradas, gestos, actitudes, expresión corporal, danza,… Nuestro cuerpo es nuestro medio de comunicación hacia los demás y de los demás hacia nosotros.
Además cada comunicación tiene sus modales propios. Ejemplos: cuando encuentro una persona conocida la saludo con un ‘Buenos días’; si está persona es más conocida, nos damos un apretón de mano; se trata de un amigo o una amiga que encuentro a los tiempos, nos abrazamos calurosamente; los hijos besan a su padres, otra manera de relacionarse; el beso amoroso es de los novios y la relación conyugal más íntima es la relación sexual. Cada relación tiene su expresión propia; si permutamos esas expresiones, algo anda mal y se trastorna la relación: o somos enfermos o queremos usar al otro o a la otra para nuestro solo gusto personal: dominamos, atropellamos, violamos, faltamos al respeto, a la intimidad, a la comunión, a la verdad, a la transparencia y a otros tantos nombres de la castidad.

2.      La dimensión sagrada de la sexualidad
A mí, siempre me había llamado la atención lo de la ‘prostitución sagrada’: ¿cómo podía ser la prostitución un modo de agradar a la divinidad y estar en comunión con ella? Me aparecía como algo contradictorio. Lo mismo la costumbre de bendecir el cuarto y hasta de la cama de los futuros esposos.
Descubrí el sentido sagrado de la sexualidad, al reflexionar sobre el comentario del ‘Cantar de los cantares’ en el folleto que les señale de José Cárdenas. Somos imagen de Dios cuando, como Dios, somos creadores de cosas nuevas y también creadores de vida: ¿quiénes más que nuestros padres son creadores de vida, a imagen y semejanza de Dios? ¿De qué manera? Mediante la relación sexual. Por eso hay que decir que es un acto sagrado, porque, a través de ella, Dios se transmite y transmite la vida y el amor. De ahí también el sentido desviado de la prostitución sagrada: buscar cómo ‘tocar a Dios’ en el misterio de la vida y de la creación. Por eso también la bendición del cuarto de la pareja.
A partir de esta visión sana y sagrada de la sexualidad, podemos tener un corazón puro, unas actitudes sanas y una vida casta. Podemos también ayudar a otros a repensar su vida sexual y matrimonial, con la libertad de palabra que iremos adquiriendo, reorientar la vida de pareja. Ayudaremos a los jóvenes, especialmente a los enamorados y novios, a adquirir una triple madurez:

-          Madurez física: el cuerpo se respeta, se cuida: es nuestro más cercano aliado. No se puede estar embarazada muy joven, el cuerpo nos está todavía maduro para esto; lo mismo el joven, se puede casar solo cuando está en capacidad de mantener una familia.

-          Madurez emocional: el amor no es solo sentimientos; los sentimientos engañan. La ilusión no es el enamoramiento. Enamorarse es entender que el amor es para siempre y que la relación sexual es el mayor compromiso de uno con su pareja y una responsabilidad con la vida que puede nacer. Tenemos que saber de las leyes civiles sobre el matrimonio. Resumiéndolas humorísticamente, digamos que una pareja se compromete con 3 letras, los 3 ‘C’ y que tiene que convivir siempre con aquellos: la Casa, la Comida y la Cama. Si falla con una de ellas, algo está andando mal en su matrimonio.

-          Madurez cristiana: Tenemos que conocer no sólo los valores humanos del amor y del matrimonio, sino cuál es el plan de Dios sobre el amor, la sexualidad, el matrimonio (Tobías 8,4-8), ya que quiso Dios comenzar la creación de la Humanidad mediante una pareja (Marcos 10,1-12). El matrimonio es el símbolo de una triple alianza: la de la pareja; la de la alianza de Dios con su Pueblo tal como lo vemos en el Antiguo Testamento; y la de Cristo con la Iglesia, después de la encarnación de Jesús, (Efesios 5,28-33).

La Palabra de Dios que justifica nuestro celibato y castidad es la de Jesús, cuando dice: ‘Hay otros que por amor al Reino han descartado la posibilidad de casarse’ (Mateo 19,11). Nuestra motivación definitiva es el Reino. Por esto, nuestro testimonio apunta hacia la dignidad del cuerpo, la belleza del matrimonio, la grandeza de la relación sexual, la comunión del alma por el camino de la comunión de los cuerpos, el encuentro y la identificación con Dios.



   parte  :  EL VOTO  DE  POBREZA.


El  voto  de  pobreza  es  la  opción  colectiva  por  los pobres

No es el pan que hace falta, sino la voluntad de compartirlo juntos.


PLAN DE ESTA CHARLA:
Introducción
1.      La opción por los pobres
2.      Los 3 niveles de la opción por los pobres
3.      Ventajas de la pobreza digna
4.      El voto por la pobreza digna y por la opción por los pobres


INTRODUCCIÓN: El voto de pobreza se expresa mediante la solidaridad colectiva con los pobres y sus causas.

Sobre los votos, escribieron nuestro obispos latinoamericanos cuando se reunieron en Puebla (1979): ‘De este modo, este testimonio de pobreza y desprendimiento, de pureza y de transparencia, de abandono en la obediencia, puede ser a la vez que una interpelación al mundo y a la Iglesia misma, una predicación elocuente, capaz incluso de tocar los no cristianos de buena voluntad, sensibles a ciertos valores’ (750). Como se lo confirma aquí, los votos son muy importantes y necesarios tanto para la Iglesia como para la sociedad.
Recordemos las 3 dimensiones de los votos que se complementen mutuamente: lo personal, lo comunitario y el Reino.
-          En lo personal, nos ayudamos para que cada uno y cada una de nuestra Comunidad nos ayudemos a crecer físicamente, emocionalmente y espiritualmente al servicio de la construcción del Reino en cada una de nosotros, en nuestra Comunidad y Congregación, en la Iglesia y la sociedad.
-          Como Comunidad, damos un testimonio colectivo: la pobreza digna nos asegura la felicidad verdadera.
-          En cuanto al Reino, el voto de pobreza nos invita, según el ejemplo de Jesús a dar un doble paso, relacionado con lo que acabamos de decir: pasar de lo mío a lo nuestro, y pasar de los nuestro a lo del Reino.


A. LA OPCIÓN POR LOS POBRES.
La opción por los pobres es opción por la pobreza, contra la miseria y por las causas de los pobres. Veamos cómo.

1.      Diferenciemos los 3 niveles de ‘pobreza’.
Comencemos entiendo el sentido de las palabras sin confundir las cosas y las gentes, especialmente con esta expresión: ‘De todos modos, hay pobres ricos y ricos pobres’, siendo esto una manera de eludir el problema, evitar de cuestionarnos y justificar nuestros privilegios.
-          Es pobre aquel que vive una doble experiencia: positivamente si comparte, y negativamente si no explota a nadie. Tenemos así que examinarnos todos y todos y ayudar a otros a examinarse en este doble sentido de la pobreza y de la riqueza.
-          Además notemos que en las Bienaventuranzas, Jesús no habla del ‘pobre’ en sentido individualista, sino de ‘los pobres’, es decir, los que se reconocen ‘pobres’ y se unen para enfrentar la pobreza. Los pobres también confían en Dios para ayudarles a salir adelante individual y colectivamente.
-          Entonces es rico, entonces condenado por Jesús, aquel que no comparte y que explota a los demás. ‘¡Pobres de Uds. los ricos, porque Uds. tienen ya su consuelo! (Lucas 6,24). ‘Es más fácil para un camello entrar por el ojo de la aguja, que para un rico entrar en el Reino de Dios’ (Marcos 10,25).

Busquemos ahora clarificar los términos sobre la pobreza.

a)      La pobreza como ‘miseria’
Es la situación de todos los que sobreviven en la miseria y no tienen las mínimas condiciones para vivir dignamente: les falta el trabajo, lacas, la comida, la educación, la salud,… No sólo son pobres, son empobrecidos: “Comprobamos como el más devastador y humillante flagelo la situación de inhumana pobreza en que viven millones de latino americanos… ‘Al analizar más a fondo tal situación, descubrimos que esta pobreza no es una etapa casual, sino el producto de situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas,… que producen a nivel internacional ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres” (Juan Pablo 2° y Puebla 29 y 30). Esta miseria es el resultado de la acumulación individual y colectiva de bienes y riquezas producidas generalmente por estos mismos pobres o sacados de estos países pobres mediante el comercio internacional injusto y la deuda externa.

b)      La pobreza ‘digna’
Se trata de la situación de la gente que, sin ser acomodada, posee lo necesario para vivir decentemente. Tiene más o menos asegurados sus derechos básicos. Esta clase de pobreza apunta hacia la igualdad y fraternidad, según el mensaje del ‘maná’: “Ni lo que recogieron mucho tenían más, ni los que recogieron poco tenían menos. Cada cual tenía lo necesario para su consumo” (Éxodo 16,17). Esta clase de pobreza pedimos en el Padrenuestro: el pan de cada día para todos: “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Allí no pedimos para uno sólo, y pedimos para el día de hoy. Además nos comprometemos a hacerlo realidad: “Que a nadie le sobre para que a nadie le falte” (2 Corintios 8,13), ya que lo que nos sobra pertenece a aquel que lo necesita. De estos pobres dice Jesús: ‘¡Felices los pobres, porque de ellos es el Reino de Dios!’ (Lucas 6,20). En este sentido, es pobre aquel que comparte y no explota.

c)      La pobreza ‘espiritual’ u Opción por los pobres
La ‘pobreza espiritual’ consiste en lo siguiente: los que pudiendo ser ricos, o sea, acumular y explotar, deciden no hacerlo por solidaridad con los pobres, por el seguimiento de Jesús y por luchar contra la miseria: ahí se trata de una decisión y de una realidad, y no una ilusión que se quedara en mera buena voluntad. Buscamos identificarnos con los pobres, haciéndonos con ellos pobres materialmente y necesitados de la ayuda de ellos para seguir fieles a Jesucristo. No se trata de ser espiritualmente pobres y seguir acumulando bienes, lo que no es más que una gran ilusión. De ellos Jesús dijo también que eran bienaventurados, porque esta clase de pobres es rica de espiritualidad: ‘¡Felices los que tienen el espíritu de los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos!’ (Mateo 5,3). Para lograr ser pobres de espíritu, hay que ser también pobres materialmente y dignamente.

Analicemos personalmente en que categoría de pobreza y de riqueza nos encontramos, para verificar nuestro voto de pobreza, nuestro espíritu de pobreza, nuestra opción por los pobres y nuestro seguimiento de Jesús.


B. LOS 3 NIVELES DE REALIZACIÓN DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES.
El origen de la opción por los pobres, la encontramos en el Concilio Vaticano II celebrado en Roma de los años 1962 a 1965: “Las alegrías y esperanzas, las tristezas y desilusiones de los hombres son las alegrías y esperanzas, tristezas y desilusiones de la Iglesia” (Alegrías y Esperanza, 1). Al final del Concilio, unos obispos latinoamericanos, con monseñor Helder Cámara a la cabeza, sellaron en las catacumbas de Roma un compromiso con la pobreza y por los pobres: el famoso “Pacto de las Catacumbas”.
Al buscar cómo aplicar las orientaciones del Concilio a América Latina, los obispos del Continente, se reunieron en Medellín (Colombia) en 1968, y escribieron: “Debemos agudizar la conciencia del deber de solidaridad con los pobres, a que la caridad nos lleva. Esta solidaridad significa hacer nuestros sus problemas y sus luchas, saber hablar por ellos. Esto ha de concretarse en la denuncia de la injusticia y opresión, en la lucha cristiana contra la intolerable situación que soporta el pobre…’ (14,10). Notemos que en Medellín, los obispos calificaron a los pobres de “empobrecidos” por un sistema de los despoja y los mantiene en la pobreza-miseria.
Los obispos, en todas sus reuniones latinoamericanas confirmaron esta opción por los pobres. “Volvemos a tomar la posición de la segunda Conferencia General (en Medellín) que hizo una clara y profética opción preferencial y solidaria por los pobres… Afirmamos la necesidad de conversión de toda la Iglesia para una opción preferencial por los pobres con mira a su liberación integral’ (Puebla 1134). “Asumimos con renovado ardor la opción evangélica preferencial por los pobres, en continuidad con Medellín y Puebla” (Santo Domingo). También en Aparecida (Brasil, 2007): “Asumiendo con nueva fuerza esta opción por los pobres, ponemos de manifiesto que todo proceso evangelizador implica la promisión humana y la auténtica liberación sin la cual no es posible un nuevo orden en la sociedad” (398-399).
El sentido más claro de esta opción por los pobres se encuentra en el mensaje de Puebla: “Invitamos a todos, sin distinción e clases, a aceptar y asumir la causa de los pobres, como si estuviesen aceptando y asumiendo su propia causa, la causa misma de Cristo. ‘Todo lo que hicisteis a una de estos mis hermanos, por humildes que sean, a mí me lo hicisteis’ (Mateo 25,40)” (Mensaje de Puebla, 3).

Miremos los 3 niveles de ‘aceptación e identificación’ de la opción por los pobres.

1.      La opción de estar ‘con’ lo pobres
Es una actitud de preocupación, de hacerles visitas, de regalar cosas, de defenderlos de vez en cuando, de mostrarse apenado por su situación… Esta actitud se queda en el paternalismo o maternalismo, pero no logra cambiar la situación de ellos y, en la gran mayoría de los casos, mantiene el empobrecimiento y lo aumenta. Es una falsa opción por los pobres: nos engañamos a nosotros mismos y los engañamos a ellos, porque no les permitimos ser actores y protagonistas de su propia liberación.

2.      La opción de vivir ‘entre’ los pobres
Cuando optamos por vivir entre los pobres damos un paso más real hacia la opción por los pobres. Estando en medio de ellos, difícilmente podemos cerrar los ojos sobre su situación. Y esto nos interpela, nos cuestiona y no nos deja tranquilo: no podemos estar entre ellos sin hacer algo con ellos que les ayude a salir de su situación. Pues, mientras no toman conciencia de las causas de su pobreza ni se organizan para salir de su miseria, seguirán pobres… A nosotras y nosotros que trabajamos con los pobres, Cristo nos está diciendo: “Lo que hicieron (o no hicieron) con alguno de estos más pequeños, conmigo lo hicieron (o no lo hicieron)” (Mateo 25,45). Pero esta presencia solidaria no es todavía suficiente: es bastante, pero hay que dejarnos convertir por los pobres, y dejarnos evangelizar por ellos. Ser cristiano es convertirse a los pobres: “¡Fuera de los pobres no hay salvación!”, decía monseñor Romero.

3.      La opción de pensar ‘según’ ellos, luchar ‘desde’ ellos y creer ‘como’ ellos.
Es el ejemplo de Jesús que nos debe guiar: él se hizo pobre con los pobres; nació, vivió y murió entre ellos; habló desde ellos; asumió la fe de ellos. Es lo que nos expone San Pablo en su carta a los Filipenses (2,5-11): las etapas de la encarnación de Jesús que son 5. Jesús se despoja de su divinidad, se hace hombre, servidor, hasta la muerte, y la muerte de cruz, como máxima solidaridad e identificación con los pobres. Ahí está el camino trazado: asumir la condición y la causa de los pobres. Hay que despojarse de muchas ‘riquezas’ que nos estorban y nos impiden ‘bajar’ o ‘subir’ al nivel de los pobres, para servir la causa de ellos, dejarnos instruir por ellos, por su sabiduría, y hasta dejarnos evangelizar por ellos, porque si son los herederos del Reino, tenemos que hacernos mendigos de su inestimable tesoro. En la opción por los pobres está nuestra capacidad de convertirnos a Jesucristo. Pues, ha de ser esto la conversión cristiana y necesitaremos de toda nuestra vida para lograrla aunque sea un poquito, sin esperar que sea demasiado tarde. Se entiende que para los ricos está conversión cuesta demasiado: el joven rico no la logró (Marcos 10,22), Zaqueo sí (Lucas 19,9).


C. LAS VENTAJAS DE LA POBREZA DIGNA, MATERIAL Y ESPIRITUALMENTE
La opción del voto de pobreza consiste en asumir limitaciones de nuestras comodidades, como seguimiento de Jesús, identificación con los pobres y testimonio de solidaridad con ellos. Esta clase de pobreza nos permite ser libres afín de amar y servir mejor. Tuve la experiencia de un lindo ejemplo de desprendimiento: Conocí unas religiosas que, en la última semana del año, revisaban las cosas de su casa y separaban todo lo que no habían utilizado durante el año, para regalarlo a los que pudieran necesitarlo…
He aquí unas ventajas de este voto de pobreza, compartir y solidaridad:
-          Nos da disponibilidad, para ser más presentes y eficaces, ya que no tenemos tantas ataduras y esclavitudes que nos ofrece el ambiente de consumismo tener cada vez más y más cosas. Nos liberamos del materialismo para dedicarnos al servicio y carisma de nuestra institución, y de sus misiones.
-          Nos protege contra la avaricia y la acumulación: es tan fácil tener y atarse a las cosas. Por eso, menos cosas menos ataduras, menos avaricia. Jesús califica el dinero de “maldito” y nos da la clave para no dejarnos dominar por el: “Aprovechen el maldito dinero para hacerse amigos” (Lucas 16,9). El dinero y las mejores cosas están para repartirlo y compartirlas: al no compartir, nos destruimos y destruimos a los demás.
-          Nos permite independencia con los negocios y la corrupción: menos negocios y menos corrupción. Nuestro sistema económico hace que difícilmente podemos acumular y hacer beneficios sin explotar a los demás. Es difícil hacer comercio limpio y no debe ser nuestro trabajo, en nombre de la pobreza.
-          Nos da la oportunidad de presentar una alternativa de vida en sociedad: Con esta clase de pobreza como compartir y solidaridad, hacemos que nuestras relaciones sean basadas no en el individualismo, la acumulación, la competencia y la violencia, sino en el compartir, la igualdad, la fraternidad y la convivencia pacífica.
-          Nos identifica con Jesús y nos abre las puertas del Reino.


D. EL VOTO POR LA POBREZA DIGNA Y POR LA OPCIÓN POR LOS POBRES
Resumamos:
-          El voto de pobreza está al servicio de nuestra libertad, del compartir y de la solidaridad.
-          Es pobreza material porque decidimos vivimos con sobriedad.
-          Es pobreza espiritual porque nos identifica con la inmensa mayoría de las gentes de nuestro país y continente.
-          Es compromiso para luchar juntos contra la miseria y un sistema que la organiza.
-          Nos unimos entre como hermanas y hermanos para la solidaridad con los pobres y empobrecidos.
-          Damos un testimonio colectivo que de esta manera individual, colectiva y solidariamente, se puede vivir mejor tanto en la Iglesia como en la s
Así seguimos verdaderamente a Jesús y hacemos acontecer sur Reino entre nosotros.


Ayudémonos a lograr hacer de verdad la opción por los pobres según el ejemplo de Jesús y ayudemos a nuestros hermanos a conseguirla también: ahí se juega nuestra entrada en el Reino. Pues sí, ‘está a la mano’, la nuestra y la de los demás, en particular la de los pobres.



 C O N C L U S I Ó N.


E L   Á R B O L   D E L   R E I N O   E S :
El  proyecto  de  Dios  sobre  la  creación  y  la  Humanidad


Con la imagen de un árbol hacemos un análisis de la realidad a la luz de la Biblia, más particularmente de los capítulos 1 y 2 del Génesis, donde nos presenta ‘la creación’, o más bien el proyecto de Dios sobre la creación.
En su carta encíclica de 1975 sobre ‘La evangelización de los Pueblos’, el Papa Pablo 6º escribía una frase lapidaria: “El Reino es lo único absoluto” (8). De hecho la Palabra ‘Reino’ es la más utilizada por Jesús, según los Evangelios. Bien se puede definir a Jesús como ‘El Profeta del Reino’. Veamos a seguir los pasos de relato bíblico de la creación para entender el proyecto de Dios, su sueño que Jesús llamó el Reino, es decir, un mundo de fraternidad.

-          Dios está a la raíz y al origen de toda la creación.
-          Al crear, Dios comparte lo que es, o sea, vida, amor y comunidad. Para él y a su imagen, la ARMONÍA es el eje y la meta de todo el universo.
-          Dios creó primero los 4 elementos, luego los vegetales y animales: eso es la NATURALEZA cuyo objetivo es, según Dios, compartirlo todo para el beneficio de todos. Todo esto va a ser el campo de la ECONOMÍA, o sea, la organización de las relaciones del ser humano con la naturaleza, el compartir de todas las riquezas nacionales. En esta parte, el pecado está en la acumulación. Ver Éxodo 16,14; Mateo 20,1; Hechos 2, 42...
-          Después, Dios creó a la HUMANIDAD cuyo objetivo es el convivir. Esto va a ser el campo de la POLÍTICA, o sea, la organización de las relaciones todas las personas, del convivir entre sí y con todos los grupos étnicos de la nación. El pecado está en el dominar. Ver Éxodo 18,13; 1° Samuel 8; Marcos 10,42.
-          En fin, Dios comunicó al ser humano su SABIDURÍA para que nos podamos expresarnos de múltiples maneras y, así, enriquecernos con el aporte de todos y todas. Esto va a ser el campo de las IDEOLOGÍAS, o sea, la organización de las distintas propuestas para expresarse, para organizar la economía y la política. El pecado está en el engaño. Ver Daniel 2; Lucas 4,16; 1° Corintios 1,27…

Esto es el SUEÑO DE DIOS, su plan de vida, amor y felicidad. Es el árbol del Reino, que Jesús hará presente, y que nos entregará para continuarlo y completarlo. Como vemos, el Reino lo abarca todo, la Economía, la Política y las Ideologías. En una nueva manera de relacionarnos entre nosotros, con la naturaleza y con Dios.
Nada escapa al sueño de Dios: Si las cosas marchan mal, es porque nosotros, los humanos, nos hemos tomado suficientemente en cuenta el proyecto de Dios. O nos hemos desinteresado, y nos hemos hecho cómplices y encubridores de la actual situación. Nuestra misión es restablecer el sueño de Dios.



Anexo :  LOS  VOTOS  EN  LA  NUEVA  ECLESIOLOGÍA  DE  COMUNIÓN
Mercedes  Navarro  Puerto,  MC


La función profética de los votos y la eclesiología de comunión
Cada modo de vivir el espíritu de Jesús, el evangelio, tiene su riqueza y su limitación, sus funciones proféticas y su capacidad de anuncio. Los votos de la VR, según los hemos esbozado en la perspectiva de la comunión pueden tener algunas funciones dentro y fuera de la iglesia.
-          Dentro de la iglesia, pueden ser antes que nada denuncia crítica de la lógica de la identidad y de los modos no evangélicos de concebir y vivir la comunión. Pueden tener la función profética de desenmascarar la pretendida comunión y, como Jesús, dejar a la vista los valores y la honradez de quienes son juzgados/as y excluidos, y los contravalores de quienes se consideran dignos/as e incluidos en la comunidad y en la comunión. A la vez, se convierte en propuesta alternativa, evangélica, de comunión de lo diverso y plural, anuncio de la llegada del Reino que no tiene acepción de personas ni juzga sobre ciertos supuestos de santidad y corrección moral. La propuesta no es puntual ni coyuntural, sino un modo o estilo de vida que pone de relieve los anhelos del Pueblo de Dios cuya expresión ahoga o enmascara la estructura eclesiástica.
-          En la sociedad la forma de comunión que permiten y estimulan los votos de la VR es, asimismo, una crítica a la lógica de la identidad hegemónica y exportadora de Occidente. Es decir, una denuncia activa y constante a la cultura piramidal, patriarcal, excluyente y marginadora de la actual globalización capitalista.

1.      La pobreza o si queremos, mejor, la solidaridad.
Ninguna institución puede hablar de comunión si se establece sobre desigualdades económicas. La comunión exige participación y, por tanto, compartir. La justicia establece la base de la igualdad humana, pero no puede perder de vista las diferencias reales humanas. La pobreza-solidaridad de la VR no puede crear comunión hacia dentro y hacia fuera sobre el menos, es decir, recortando en negativo, sino luchando por establecer los mínimos. En lugar de dar, compartir. En la base del compartir se encuentra el intercambio y en el intercambio se puede garantizar tanto la igualdad básica humana (la dignidad mínima) como las diferencias de la pluralidad. No es una invención nuestra, pues ya existen reflexiones y tímidos programas que desean recuperar el intercambio para las transacciones económicas y en general de los bienes. Por lo tanto una categoría que puede ayudar a repensar la pobreza-solidaridad de la VR puede ser la del intercambio.

2.      La obediencia o práctica dialogal.
Tampoco es posible la comunión en toda institución en la que prime el orden en función de la eficacia de una determinada causa (partido, patria, rendimiento, misión...). Hasta ahora éste ha sido uno de los criterios de la obediencia en la VR, fundado sobre una determinada manera de entender la misión. En la medida en que vamos acentuando la dimensión significativa de los votos y la eficacia (inmediata) pasa a un segundo término, van emergiendo otras posibilidades. La práctica dialogal y el discernimiento como una manera de estar en la vida crean la comunión sobre una pluralidad de pensamiento, cosmovisión, culturas... El intercambio activo de quienes comparten su modo de pensar, de ver y de estar en la realidad genera algo nuevo[1] sobre lo que se puede decidir. Es claro que llegar a un consenso en estos términos requiere un proceso más largo y complejo del que suponen otras formas de autoridad. La autoridad, en este caso, no recae masivamente sobre una o varias personas, sino sobre el proceso en sí[2]. Lo mismo puede decirse con respecto a la individualidad. La obediencia o práctica dialogal no crea comunión interhumana y eclesial sobre la supresión de las individualidades, sino, como reforzará el celibato, sobre el desarrollo personal que requiere ser reconocido como individuo.

3.      El celibato o creatividad relacional.
Ninguna institución puede pretender una comunión humana y humanizadora sobre la base de cualquier tipo de represión, mucho menos de la afectiva, sexual y relacional. La supresión de las diferencias, las clasificaciones jerarquizadas y polares propias de la lógica de la identidad eliminan la angustia de lo diverso, pero no pueden generar comunión. La igualdad relacional humana y su tensión con las diferencias individuales no se establecen sobre los criterios de la biología, el campo de fuerzas de la sexualidad o la capacidad procreadora que funda o prolonga la dinastía personal o familiar. La comunión explora otras dimensiones relacionales y vinculaciones profundas que, sin ignorar o suprimir las otras, las hace relativas al valor de la propia persona[3] como individuo y abierta a modos de relación no necesariamente preestablecidos por una cultura determinada. Y hace recaer este valor personal sobre la libertad, un supuesto de la obediencia o práctica dialogal y del intercambio de bienes.



 P R E G U N T A S   P R E P A R A T O R I A S.


OBJETIVO DEL RETIRO
Cómo recoger la vivencia de nuestra Vida Consagrada al servicio de los pobres del año 2018, agradecerla y realizar nuevos compromisos para el siguiente año 2019.

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PREGUNTAS PREPARATORIAS cuyas respuestas conversaremos entre todos.

1.      ¿Qué he entendido del tema que me tocó?
Para comunicar a las demás de qué se trata en esta parte.
Tal vez indicar algún punto que aclarar…

2.      ¿Cuál me parece ser el punto más importante?
Explicando por qué motivos.

3.      ¿Qué Palabra del papa Francisco, de la Biblia ilumina este voto?
Puede ser también otro texto que nos ha iluminado bastante.
Con unos comentarios personales de los textos.

4.      ¿Cómo aplicamos lo descubierto a nuestra realidad, nuestra comunidad, nuestro trabajo pastoral, nuestra congregación, nuestra Iglesia, nuestra sociedad…?
o   En el año 2018.
o   Para el año 2019.

¡Suerte!
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            La vida religiosa es el gran regalo que las y los religiosos hacen a la Iglesia y a la sociedad para enrumbarnos en la dirección correcta afín de seguir como se debe a Jesús y construir eficazmente su Reino en la realidad de hoy.


Gracias mil.



[1] El verdadero diálogo, el que supone una actitud interactiva, modifica a quien habla y a quien escucha. El discernimiento propone una visión diferente y no necesariamente concordista a las que se llevan al ejercicio. Por ello podemos hablar de su capacidad creativa y transformadora.
[2] Algo así puede deducirse de lo que hemos llamado el Concilio de Jerusalén, cf Hch 15
[3] Cuando Jesús muere sin descendencia está proclamando de forma escandalosa que el Reino no necesita basarse en la multiplicación de la especie, sino en la libertad de opción que ofrece la fe.