L O S V O T O S
O C O N S E J O S E V A N G É L I C O S
MANERAS COLECTIVAS PRIVILEGIADAS
DE SEGUIR A
JESÚS
Y HACER ACONTECER
EL REINO.
“Busquen primero el
Reino de Dios”
(Mateo 6,33).
CONTENIDO
Introducción: Sentido general de los votos
1.
Voto
de obediencia.
2.
Voto
de castidad.
3. Voto de pobreza.
Conclusión: El ‘Árbol del Reino’
Anexo: Votos y Eclesiología de comunión, M. Navarro
Preguntas preparatorias
Retiro: Hnas. SS.CC. Salinas. PR. Dic de 2018.
I N T R O D
U C C I Ó N.
Los votos son un servicio eclesial colectivo por el Reino
CONTENIDO
-
El tema de los votos
-
‘El Reino es lo único absoluto’
-
Cristianas y cristianos, religiosas y
religiosos por el Reino
-
Sentido general de los votos
1. El
tema de los ‘votos religiosos’…
Hablar de los votos hoy puede aparecer como tema
bastante ‘fuera de lugar’.
-
En un tiempo donde se promueve casi
exclusivamente la libertad individual, hablar de obediencia parece mensaje que
llegara de otro planeta.
-
En un momento donde se promueve el derecho al placer
sin límite, hablar de castidad suena como fuera de lugar.
-
En un ambiente de derroche, de corrupción
y de acumulación de riquezas jamás visto, elegir la pobreza y hacer
suya lo opción por los pobres pueden dar a pensar en locura.
El ‘espíritu del mundo’ está bastante lejos de
espíritu del Evangelio. Vamos a tratar de descubrir el sentido profundo de los
votos, su mensaje positivo y humanizador, y su necesidad para testimoniar de la
Buena Nueva que nos trae hoy Jesucristo.
2. “El
Reino es lo único absoluto”
La frase es del papa Pablo 6°, que se acaba de
declarar santo, en su carta encíclica “El anuncio del Evangelio” (1975). El
origen de esta expresión es de Jesús: “Busquen primero el Reino de Dios; el resto
vendrá por añadidura” (Mateo 6,33). Veamos al respeto 3 párrafos significativos
de la carta del papa Pablo 6°.
-
“El anuncio del reino de Dios (8)
Cristo, en cuanto
evangelizador, anuncia ante todo un reino, el reino de Dios, tan importante
que, en relación a él, todo se convierte en "lo demás", que es dado
por añadidura. Solamente el reino es
pues absoluto y todo el resto es relativo (Cf. Mateo 6,33). El Señor se
complacerá en describir de muy diversas maneras la dicha de pertenecer a ese
reino, una dicha paradójica hecha de cosas que el mundo rechaza, las exigencias
del reino y su carta magna, los heraldos del reino , los misterios del
mismo, sus hijos, la vigilancia y fidelidad requeridas a quien espera su
llegada definitiva.
-
El anuncio de la salvación liberadora (9)
Como núcleo y centro
de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre,
pero que es sobre todo liberación del pecado y del maligno, dentro de la
alegría de conocer a Dios y de ser conocido por El, de verlo, de entregarse a
El. Todo esto tiene su arranque durante la vida de Cristo, y se logra de manera
definitiva por su muerte y resurrección; pero debe ser continuado pacientemente
a través de la historia hasta ser plenamente realizado el día de la venida
final del mismo Cristo, cosa que nadie sabe cuándo tendrá lugar, a excepción del
Padre.
-
Un mensaje de liberación (30)
Es bien sabido en qué
términos hablaron durante el reciente Sínodo numerosos obispos de todos los
continentes y, sobre todo, los obispos del Tercer Mundo, con un acento pastoral
en el que vibraban las voces de millones de hijos de la Iglesia que forman
tales pueblos. Pueblos, ya lo sabemos, empeñados con todas sus energías en el
esfuerzo y en la lucha por superar todo aquello que los condena a quedar al
margen de la vida: hambres, enfermedades crónicas, analfabetismo,
depauperación, injusticia en las relaciones internacionales y, especialmente,
en los intercambios comerciales, situaciones de neocolonialismo económico y
cultural, a veces tan cruel como el político, etc. La Iglesia, repiten los obispos, tiene el deber de anunciar la liberación de millones de seres humanos,
entre los cuales hay muchos hijos suyos; el
deber de ayudar a que nazca esta liberación, de dar testimonio de la misma, de
hacer que sea total. Todo esto no es extraño a la evangelización.”
Les diré que es esta frase: “El Reino es lo
único absoluto” que cambió mi vida que leí en 1975, justo antes de venir por
América Latina… “Un Reino tan importante que, en relación a él, todo se
convierte en ‘lo demás’ que viene por añadidura”. Todo el resto es secundario: la oración, los sacramentos, el
‘santísimo’, las devociones, la misma Iglesia, el clero… Esto no significa que
no es importante, sino que está o debe estar al servicio del Reino.
-
El Reino es el criterio definitivo de la vida
cristiana: salvarse es construir el Reino, perderse es estar fuera
del Reino.
-
El Reino es el criterio del bien y del mal: es bien
todo lo que construye el Reino; es mal todo lo que lo destruye.
-
El Reino es un buen tema para la oración,
para el famoso ‘examen de conciencia’ antes de la confesión o antes de dormir:
Hoy, ¿en qué he colaborado a la construcción del Reino? ¿Dónde he visto crecer
el Reino de Dios? ¿Dónde, cuándo, por quiénes se destruye el Reino de Dios?...
3. Cristianas
y cristianos, religiosas y religiosos por el Reino
Nos llamamos cristianas y cristianos porque buscamos seguir a Jesús y seguir lo
más importante que él vino a revelarnos: “Busquen primero el Reino de Dios; el
resto vendrá por añadidura” (Mateo 6,33).
-
Por una parte, Jesús nos llama personalmente, a
cada una y uno de nosotras y nosotros. Pero nos invita a seguirlo en Comunidad. Solos, tenemos buena voluntad, pero muchas
debilidades: no vamos a lograr seguir a Jesús como se debe: radicalmente. Nos
iremos acomodando a facilidades y tentaciones de la sociedad consumista,
individualista, materialista que nos rodea. Por eso que la construcción del
Reino se hace en Comunidades: pequeñas comunidades de vecinos, comunidades
parroquiales, nacionales, con dimensión universal.
-
Por otra parte, los santos de ayer descubrieron
que hay 3 ejes centrales del Evangelio que se viven mejor en Comunidades permanentes, para imitar a
Jesús, pobre, casto y obediente. Es el testimonio de las llamadas
‘Congregaciones religiosas’: Comunidades de varones, Comunidades de mujeres y
Comunidades mixtas deciden unirse, vivir juntos y apoyarse para trabajar más
eficazmente a la construcción el Reino. Son un testimonio colectivo que provocan a los cristianos individualistas,
espiritualistas y acomodados.
4. Sentido
general de los votos: Los votos son signos de la presencia del Reino.
Me parece que debemos situar también los votos
a este nivel, como signos, presencia y anticipación del Reino. Dejemos de
limitarnos a su aspecto negativa de los votos de renuncia a la libertad, al
placer y al dinero. Los votos son el centro del Evangelio y el resumen de la
Bienaventuranzas. Contestan las bases deshumanizante de nuestro sistema social,
son el camino que sigue Jesús para enfrentar
las 3 tentaciones del diablo y del sistema capitalista que nos rige
Podríamos decir también que son las bases
alternativas del verdadero modo de vivir en sociedad a parir de una opción de
vida personal y comunitaria.
-
El voto de obediencia nos une al
servicio de un proyecto común y organiza respetuosamente la convivencia
comunitaria; entonces debe ser un ejemplo de convivir en sociedad: no estamos
muy lejos de la ‘política’ en sentido de organización armoniosa del convivir
ciudadano.
-
El voto de castidad apunta hacia la verdad de
las relaciones humanas y el respeto mutuo; entonces tiene que ver con todas las
formas de expresión y comunicación, o sea, nuestras ideas y proyectos y por lo
mismo con las ideologías.
-
El voto de pobreza nos orienta hacia el
compartir y la solidaridad; entonces tiene que ver con todo lo que toca lo
económico y la economía, como atención y promoción de los más necesitados.
Así, hay que dejar de pensar también que los
votos están solamente para los religiosos y religiosas y los sacerdotes. Están
para todo los bautizados que desean tomar en serio el seguimiento de
Jesucristo. Miremos más detenidamente a cada uno de estos 3
votos.
1ª parte :
V O T O D E O B E D I E N C I A.
El voto de Obediencia es el servicio colectivo de un mismo proyecto.
CONTENIDO
-
Obediencia a un proyecto común según el
carisma, los capítulos y los signos de los tiempos.
-
Papel de la superiora y diálogo constante con
ella y entre todas.
-
La necesidad de evaluación regulares en cada
comunidad.
Preguntaba a personas adultas cómo se podría
definir el matrimonio. Una mujer me contestó: “Padrecito, creo que el
matrimonio consiste principalmente en obedecerse el uno al otro”. Me gustó la
respuesta: en la pareja, la obediencia pasaba a ser una actitud sumamente positiva de respeto de ayuda, de igualdad, de
comprensión, de respeto y de dignidad. Miremos también como toda organización
social, cultural o deportiva tiene sus leyes y reglamentos: si son
desobedecimos, nos hay más organización ni éxito.
La obediencia en una Congregación, me parece,
no es una actitud servil, sumisa y ciega: no está para suprimir la personalidad
ni peor humillar y destruir a las personas: esto sería antievangélico y
pecaminoso. La obediencia es parte del
desarrollo personal que se armonía en un proyecto más amplio, o sea,
mediante el carisma de las y los fundadores, los capítulos que actualizan dicho
carisma, y los signos de los tiempos, o sea, los llamados actuales de Dios en
nuestra realidad. Con la obediencia, nos unimos al servicio de un proyecto
común que sentido y felicidad a nuestro ser personal y que construye la vida y
la fraternidad, primero de la comunidad que confirmamos, al construir la vida y
la fraternidad de quienes servimos. Las relaciones de obediencia deben ser
relaciones de respeto, de diálogo, hasta de ternura que ayuden a crecer
personalmente y en entrega cada vez más total, generosa y alegre.
Conflictos, ha
de haber porque somos humano, pero la obediencia no justifica la prepotencia,
el desprecio, los castigos humillantes, el maltrato en público, el desprecio,
qué sé yo,… El ejemplo de Jesús como autoridad no exige vivir la autoridad
como la mayor forma de atención, de compasión, de perdón, de consideración, en
especial al más débil y pecador, comenzando primero con las hermanas de la
comunidad.
En mi opinión, la superiora es aquella persona más apta para ayudar en el
crecimiento personal de cada hermana, más capaz de organizar al convivir
armonioso de su grupito y más clara sobre el proyecto a realizar en común. Para
lograr todo esto, ella ha de tener el talento necesario para poder asumir esta
responsabilidad y no todos podemos servir para esta tarea. Se necesita también
tomar el tiempo de reunirse regularmente para conversar juntas gratuitamente,
para dialogar amistosamente de nuestros puntos de vista divergentes y
complementarios.
Los ‘capítulos’
de la Congregación y su preparación son la ocasión de una revisión de
actitudes personales y de renovación de la vida de la congregación para
discernir lo que pertenece al pasado para considerarlo como tal y abrirse a los
signos de los tiempos y del Espíritu, afín de seguir fieles a las intuiciones
del fundador. No se puede repetir las cosas como si nada hubiera cambiado: se
trata de actualizar el carisma para que responda a las necesidades de hoy, que
no son modas, sino la verdadera fidelidad a un servicio que nace del
seguimiento de Cristo.
Hace
falta sentarse, a veces largamente, para dialogar:
escucharnos, discernir entre todas. Así será más fácil programar y cambiar
horarios, organizarse, repartir los servicios, capacitarse intelectualmente,
armonizar los espacios para las diversas actividades de trabajo, de pastoral,
de oración, de visitas y atención a su familia, incluyendo la recreación y la
cultura, la música y el arte, etc.…
Jesús
nos da el mejor ejemplo de obediencia a través del servicio:
-
Hebreos 10,5-10: ‘Tu, no quisiste sacrificios
ni ofrendas,…. Aquí estoy para cumplir tu voluntad’.
-
Lucas 22,27: ‘Yo estoy entre Ustedes como aquel
que sirve’.
-
Juan 13,12-17: ‘Si yo, siendo el Señor y el
Maestro, les he lavado los pies, también Uds. deben lavarse los pies unos a
otros… ¡Felices si ponen estas cosas en práctica!’.
2ª parte
: V O T O D E
C A S T I D A D.
El voto de castidad es la manifestación colectiva de la transparencia
de nuestras relaciones.
CONTENIDO
-
Nuestra opción por la castidad.
-
Sentido positivo del cuerpo, de la sexualidad y
del matrimonio.
La castidad no es primero un proyecto negativo
de abstenerse de relaciones sexuales, de contraer matrimonio o de gozar con su
cuerpo, como si todo esto fuera malo. La castidad es un modo digno de tratar nuestro cuerpo y una manera digna de comunicarse
con los demás. Todos debemos estar castos respeto a nosotros mismos y a los
demás: se trata de una calidad de relación hecha de verdad, de sencillez
y de transparencia.
Si queremos ser un testimonio para los demás, hay que comenzar por sí mismo y
por nuestras relaciones entre hermanas. Por eso, hay que entender positivamente
el sentido del cuerpo y de la sexualidad.
Cuando se habla de ser transparente, hay pensar
en el agua: un agua es transparente
cuando es pura y limpia. Igual para nosotros, somos transparentes cuando somos
puros y limpios de corazón, de mirada, gestos y acciones. La castidad es esta
clase de pureza y transparencia.
1. Sentido positivo del cuerpo
Como seres humanos somos
personas de relación. No podemos vivir mucho tiempo aislados y aisladas.
Necesitamos encontrarnos y comunicarnos, para crecer y desarrollar todas
nuestras capacidades. Estas comunicaciones se realizan mediante nuestro cuerpo,
por palabras, miradas, gestos, actitudes, expresión corporal, danza,… Nuestro
cuerpo es nuestro medio de comunicación hacia los demás y de los demás hacia
nosotros.
Además cada
comunicación tiene sus modales propios. Ejemplos: cuando
encuentro una persona conocida la saludo
con un ‘Buenos días’; si está persona es más conocida, nos damos un apretón de mano; se trata de un amigo o
una amiga que encuentro a los tiempos, nos abrazamos
calurosamente; los hijos besan a su
padres, otra manera de relacionarse; el beso
amoroso es de los novios y la relación
conyugal más íntima es la relación sexual. Cada relación tiene su expresión
propia; si permutamos esas expresiones, algo anda mal y se trastorna la
relación: o somos enfermos o queremos usar al otro o a la otra para nuestro
solo gusto personal: dominamos, atropellamos, violamos, faltamos al respeto, a
la intimidad, a la comunión, a la verdad, a la transparencia y a otros tantos
nombres de la castidad.
2. La dimensión sagrada de la sexualidad
A mí, siempre me
había llamado la atención lo de la ‘prostitución sagrada’: ¿cómo podía ser la
prostitución un modo de agradar a la divinidad y estar en comunión con ella? Me
aparecía como algo contradictorio. Lo mismo la costumbre de bendecir el cuarto
y hasta de la cama de los futuros esposos.
Descubrí el sentido
sagrado de la sexualidad, al reflexionar sobre el comentario del ‘Cantar
de los cantares’ en el folleto que les señale de José Cárdenas. Somos
imagen de Dios cuando, como Dios, somos creadores de cosas nuevas y también
creadores de vida: ¿quiénes más que nuestros padres son creadores de vida, a
imagen y semejanza de Dios? ¿De qué manera? Mediante la relación sexual. Por
eso hay que decir que es un acto sagrado, porque, a través de ella, Dios se
transmite y transmite la vida y el amor. De ahí también el sentido desviado de
la prostitución sagrada: buscar cómo ‘tocar a Dios’ en el misterio de la
vida y de la creación. Por eso también la bendición del cuarto de la pareja.
A partir de esta
visión sana y sagrada de la sexualidad, podemos tener un corazón puro, unas
actitudes sanas y una vida casta. Podemos también ayudar a otros a repensar su
vida sexual y matrimonial, con la libertad de palabra que iremos adquiriendo,
reorientar la vida de pareja. Ayudaremos a los jóvenes, especialmente a los
enamorados y novios, a adquirir una triple
madurez:
-
Madurez física: el
cuerpo se respeta, se cuida: es nuestro más cercano aliado. No se puede estar
embarazada muy joven, el cuerpo nos está todavía maduro para esto; lo mismo el
joven, se puede casar solo cuando está en capacidad de mantener una familia.
-
Madurez emocional: el
amor no es solo sentimientos; los sentimientos engañan. La ilusión no es el
enamoramiento. Enamorarse es entender que el amor es para siempre y que la
relación sexual es el mayor compromiso de uno con su pareja y una
responsabilidad con la vida que puede nacer. Tenemos que saber de las leyes
civiles sobre el matrimonio. Resumiéndolas humorísticamente, digamos que una
pareja se compromete con 3 letras, los 3 ‘C’ y que tiene que convivir siempre
con aquellos: la Casa, la Comida y la Cama. Si falla con una de ellas, algo
está andando mal en su matrimonio.
-
Madurez cristiana: Tenemos
que conocer no sólo los valores humanos del amor y del matrimonio, sino cuál es
el plan de Dios sobre el amor, la sexualidad, el matrimonio (Tobías 8,4-8), ya
que quiso Dios comenzar la creación de la Humanidad mediante una pareja (Marcos
10,1-12). El matrimonio es el símbolo de una triple alianza: la de la pareja;
la de la alianza de Dios con su Pueblo tal como lo vemos en el Antiguo
Testamento; y la de Cristo con la Iglesia, después de la encarnación de Jesús,
(Efesios 5,28-33).
La Palabra de Dios que justifica nuestro celibato y castidad es la de Jesús,
cuando dice: ‘Hay otros que por amor al Reino han descartado la posibilidad de
casarse’ (Mateo 19,11). Nuestra motivación definitiva es el Reino. Por esto,
nuestro testimonio apunta hacia la dignidad del cuerpo, la belleza del
matrimonio, la grandeza de la relación sexual, la comunión del alma por el
camino de la comunión de los cuerpos, el encuentro y la identificación con Dios.
3ª
parte : EL VOTO
DE POBREZA.
El voto de
pobreza es la
opción colectiva por
los pobres
No es el pan que hace falta, sino la voluntad de
compartirlo juntos.
PLAN
DE ESTA CHARLA:
Introducción
1.
La opción por los pobres
2.
Los 3 niveles de la opción por los pobres
3.
Ventajas de la pobreza digna
4. El
voto por la pobreza digna y por la opción por los pobres
INTRODUCCIÓN: El voto de pobreza se expresa mediante la solidaridad
colectiva con los pobres y sus causas.
Sobre los votos, escribieron nuestro obispos
latinoamericanos cuando se reunieron en Puebla (1979): ‘De este modo, este
testimonio de pobreza y desprendimiento,
de pureza y de transparencia, de abandono en la obediencia, puede ser a la
vez que una interpelación al mundo y a la Iglesia misma, una predicación
elocuente, capaz incluso de tocar los no cristianos de buena voluntad,
sensibles a ciertos valores’ (750). Como se lo confirma aquí, los votos son muy
importantes y necesarios tanto para la Iglesia como para la sociedad.
Recordemos las 3 dimensiones de los
votos que se complementen mutuamente: lo personal, lo comunitario y el Reino.
-
En lo personal, nos ayudamos para que
cada uno y cada una de nuestra Comunidad nos ayudemos a crecer físicamente,
emocionalmente y espiritualmente al servicio de la construcción del Reino en
cada una de nosotros, en nuestra Comunidad y Congregación, en la Iglesia y la
sociedad.
-
Como Comunidad, damos un testimonio
colectivo: la pobreza digna nos asegura la felicidad verdadera.
-
En cuanto al Reino, el voto de pobreza
nos invita, según el ejemplo de Jesús a dar un doble paso, relacionado con lo
que acabamos de decir: pasar de lo mío a lo nuestro, y pasar de los nuestro a
lo del Reino.
A. LA
OPCIÓN POR LOS POBRES.
La opción por los pobres es opción por la pobreza, contra la miseria y
por las causas de los pobres. Veamos cómo.
1. Diferenciemos los 3 niveles de ‘pobreza’.
Comencemos entiendo
el sentido de las palabras sin confundir las cosas y las gentes, especialmente con
esta expresión: ‘De todos modos, hay pobres ricos y ricos pobres’, siendo esto
una manera de eludir el problema, evitar de cuestionarnos y justificar nuestros
privilegios.
-
Es pobre aquel que vive una doble experiencia:
positivamente si comparte, y negativamente si no explota a nadie. Tenemos así
que examinarnos todos y todos y ayudar a otros a examinarse en este doble
sentido de la pobreza y de la riqueza.
-
Además notemos que en las Bienaventuranzas, Jesús
no habla del ‘pobre’ en sentido individualista, sino de ‘los pobres’, es decir,
los que se reconocen ‘pobres’ y se unen para enfrentar la pobreza. Los pobres
también confían en Dios para ayudarles a salir adelante individual y
colectivamente.
-
Entonces es rico, entonces condenado por
Jesús, aquel que no comparte y que explota a los demás. ‘¡Pobres de
Uds. los ricos, porque Uds. tienen ya su consuelo! (Lucas 6,24). ‘Es más fácil
para un camello entrar por el ojo de la aguja, que para un rico entrar en el
Reino de Dios’ (Marcos 10,25).
Busquemos
ahora clarificar los términos sobre la pobreza.
a) La
pobreza como ‘miseria’
Es la situación de
todos los que sobreviven en la
miseria y no tienen las mínimas condiciones para vivir dignamente: les falta el
trabajo, lacas, la comida, la educación, la salud,… No sólo son pobres, son empobrecidos: “Comprobamos como el más
devastador y humillante flagelo la situación de inhumana pobreza en que viven
millones de latino americanos… ‘Al analizar más a fondo tal situación,
descubrimos que esta pobreza no es una etapa casual, sino el producto de
situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas,… que producen a
nivel internacional ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más
pobres” (Juan Pablo 2° y Puebla 29 y 30). Esta miseria es el resultado de la
acumulación individual y colectiva de bienes y riquezas producidas generalmente
por estos mismos pobres o sacados de estos países pobres mediante el comercio
internacional injusto y la deuda externa.
b) La
pobreza ‘digna’
Se trata de la
situación de la gente que, sin ser acomodada, posee lo necesario para vivir decentemente. Tiene más o menos asegurados
sus derechos básicos. Esta clase de pobreza apunta hacia la igualdad y fraternidad, según el mensaje
del ‘maná’: “Ni lo que recogieron mucho tenían más, ni los que recogieron poco
tenían menos. Cada cual tenía lo necesario para su consumo” (Éxodo 16,17). Esta
clase de pobreza pedimos en el Padrenuestro: el pan de cada día para todos:
“Danos hoy nuestro pan de cada día”. Allí no pedimos para uno sólo, y pedimos
para el día de hoy. Además nos comprometemos a hacerlo realidad: “Que a nadie
le sobre para que a nadie le falte” (2 Corintios 8,13), ya que lo que nos sobra
pertenece a aquel que lo necesita. De estos pobres dice Jesús: ‘¡Felices los
pobres, porque de ellos es el Reino de Dios!’ (Lucas 6,20). En este sentido, es
pobre aquel que comparte y no explota.
c) La
pobreza ‘espiritual’ u Opción por los pobres
La ‘pobreza
espiritual’ consiste en lo siguiente: los que pudiendo ser ricos, o sea,
acumular y explotar, deciden no hacerlo por solidaridad con los pobres, por el
seguimiento de Jesús y por luchar contra la miseria: ahí se trata de una
decisión y de una realidad, y no una ilusión que se quedara en mera buena
voluntad. Buscamos identificarnos con los pobres, haciéndonos con ellos pobres
materialmente y necesitados de la ayuda de ellos para seguir fieles a
Jesucristo. No se trata de ser espiritualmente pobres y seguir acumulando
bienes, lo que no es más que una gran ilusión. De ellos Jesús dijo también que
eran bienaventurados, porque esta clase de pobres es rica de espiritualidad:
‘¡Felices los que tienen el espíritu de
los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos!’ (Mateo 5,3). Para
lograr ser pobres de espíritu, hay que ser también pobres materialmente y
dignamente.
Analicemos
personalmente en que categoría de pobreza y de riqueza nos encontramos, para
verificar nuestro voto de pobreza, nuestro espíritu de pobreza, nuestra opción
por los pobres y nuestro seguimiento de Jesús.
B. LOS
3 NIVELES DE REALIZACIÓN DE LA OPCIÓN POR LOS POBRES.
El origen de la opción por los pobres, la
encontramos en el Concilio Vaticano II
celebrado en Roma de los años 1962 a 1965: “Las alegrías y esperanzas, las
tristezas y desilusiones de los hombres son las alegrías y esperanzas,
tristezas y desilusiones de la Iglesia” (Alegrías y Esperanza, 1). Al final del
Concilio, unos obispos latinoamericanos, con monseñor Helder Cámara a la
cabeza, sellaron en las catacumbas de Roma un compromiso con la pobreza y por
los pobres: el famoso “Pacto de las
Catacumbas”.
Al buscar cómo aplicar las orientaciones del
Concilio a América Latina, los obispos del Continente, se reunieron en Medellín (Colombia) en 1968, y escribieron:
“Debemos agudizar la conciencia del deber de solidaridad con los pobres, a que
la caridad nos lleva. Esta solidaridad significa hacer nuestros sus problemas y
sus luchas, saber hablar por ellos. Esto ha de concretarse en la
denuncia de la injusticia y opresión, en la lucha cristiana contra la
intolerable situación que soporta el pobre…’ (14,10). Notemos que en Medellín,
los obispos calificaron a los pobres de “empobrecidos” por un sistema de los
despoja y los mantiene en la pobreza-miseria.
Los obispos, en todas sus reuniones
latinoamericanas confirmaron esta
opción por los pobres. “Volvemos a tomar la posición de la segunda Conferencia
General (en Medellín) que hizo una clara y profética opción preferencial y
solidaria por los pobres… Afirmamos la necesidad de conversión de toda la
Iglesia para una opción preferencial por los pobres con mira a su liberación
integral’ (Puebla 1134). “Asumimos con renovado ardor la opción evangélica
preferencial por los pobres, en continuidad con Medellín y Puebla” (Santo Domingo).
También en Aparecida (Brasil, 2007): “Asumiendo con nueva fuerza esta opción
por los pobres, ponemos de manifiesto que todo proceso evangelizador implica la
promisión humana y la auténtica liberación sin la cual no es posible un nuevo
orden en la sociedad” (398-399).
El sentido más claro de esta opción por los
pobres se encuentra en el mensaje de Puebla:
“Invitamos a todos, sin distinción e clases, a aceptar y asumir la causa de los
pobres, como si estuviesen aceptando y asumiendo su propia causa, la causa
misma de Cristo. ‘Todo lo que hicisteis a una de estos mis hermanos, por
humildes que sean, a mí me lo hicisteis’ (Mateo 25,40)” (Mensaje de Puebla, 3).
Miremos
los 3 niveles de ‘aceptación e identificación’ de la opción por los pobres.
1. La opción de estar ‘con’ lo pobres
Es una actitud de
preocupación, de hacerles visitas, de regalar cosas, de defenderlos de vez en
cuando, de mostrarse apenado por su situación… Esta actitud se queda en el
paternalismo o maternalismo, pero no logra cambiar la situación de ellos y, en
la gran mayoría de los casos, mantiene el empobrecimiento y lo aumenta. Es una
falsa opción por los pobres: nos engañamos a nosotros mismos y los engañamos a
ellos, porque no les permitimos ser actores y protagonistas de su propia
liberación.
2. La opción de vivir ‘entre’ los pobres
Cuando optamos por
vivir entre los pobres damos un paso más real hacia la opción por los pobres.
Estando en medio de ellos, difícilmente podemos cerrar los ojos sobre su
situación. Y esto nos interpela, nos cuestiona y no nos deja tranquilo: no
podemos estar entre ellos sin hacer algo con ellos que les ayude a salir de su
situación. Pues, mientras no toman conciencia de las causas de su pobreza ni se
organizan para salir de su miseria, seguirán pobres… A nosotras y nosotros que
trabajamos con los pobres, Cristo nos está diciendo: “Lo que hicieron (o no
hicieron) con alguno de estos más pequeños, conmigo lo hicieron (o no lo
hicieron)” (Mateo 25,45). Pero esta presencia solidaria no es todavía
suficiente: es bastante, pero hay que dejarnos convertir por los pobres, y
dejarnos evangelizar por ellos. Ser cristiano es convertirse a los pobres:
“¡Fuera de los pobres no hay salvación!”, decía monseñor Romero.
3. La opción de pensar ‘según’ ellos,
luchar ‘desde’ ellos y creer ‘como’ ellos.
Es el ejemplo de
Jesús que nos debe guiar: él se hizo pobre con los pobres; nació, vivió y murió
entre ellos; habló desde ellos; asumió la fe de ellos. Es lo que nos expone San
Pablo en su carta a los Filipenses (2,5-11): las etapas de la encarnación de Jesús
que son 5. Jesús se despoja de su divinidad, se hace hombre, servidor, hasta la
muerte, y la muerte de cruz, como máxima solidaridad e identificación con los
pobres. Ahí está el camino trazado: asumir la condición y la causa de los
pobres. Hay que despojarse de muchas ‘riquezas’ que nos estorban y nos impiden
‘bajar’ o ‘subir’ al nivel de los pobres, para servir la causa de ellos,
dejarnos instruir por ellos, por su sabiduría, y hasta dejarnos evangelizar por
ellos, porque si son los herederos del Reino, tenemos que
hacernos mendigos de su inestimable tesoro. En la opción por los pobres está
nuestra capacidad de convertirnos a Jesucristo. Pues, ha de ser esto la
conversión cristiana y necesitaremos de toda nuestra vida para lograrla aunque
sea un poquito, sin esperar que sea demasiado tarde. Se entiende que para los
ricos está conversión cuesta demasiado: el joven rico no la logró (Marcos
10,22), Zaqueo sí (Lucas 19,9).
C. LAS
VENTAJAS DE LA POBREZA DIGNA, MATERIAL Y ESPIRITUALMENTE
La opción del voto de pobreza consiste en
asumir limitaciones de nuestras
comodidades, como seguimiento de Jesús, identificación con los pobres y
testimonio de solidaridad con ellos. Esta clase de pobreza nos permite ser libres afín de amar y servir mejor.
Tuve la experiencia de un lindo ejemplo de desprendimiento: Conocí unas religiosas
que, en la última semana del año, revisaban las cosas de su casa y separaban
todo lo que no habían utilizado durante el año, para regalarlo a los que pudieran
necesitarlo…
He
aquí unas ventajas de este voto de pobreza, compartir y solidaridad:
-
Nos da disponibilidad, para ser más
presentes y eficaces, ya que no tenemos tantas ataduras y esclavitudes que nos
ofrece el ambiente de consumismo tener cada vez más y más cosas. Nos liberamos
del materialismo para dedicarnos al servicio y carisma de nuestra institución,
y de sus misiones.
-
Nos protege contra la avaricia y la acumulación:
es tan fácil tener y atarse a las cosas. Por eso, menos cosas menos ataduras,
menos avaricia. Jesús califica el dinero de “maldito” y nos da la clave para no
dejarnos dominar por el: “Aprovechen el maldito dinero para hacerse amigos”
(Lucas 16,9). El dinero y las mejores cosas están para repartirlo y
compartirlas: al no compartir, nos destruimos y destruimos a los demás.
-
Nos permite independencia con los negocios y
la corrupción: menos negocios y menos corrupción. Nuestro sistema
económico hace que difícilmente podemos acumular y hacer beneficios sin
explotar a los demás. Es difícil hacer comercio limpio y no debe ser nuestro
trabajo, en nombre de la pobreza.
-
Nos da la oportunidad de presentar una alternativa de vida
en sociedad: Con esta clase de pobreza como compartir y solidaridad, hacemos
que nuestras relaciones sean basadas no en el individualismo, la acumulación,
la competencia y la violencia, sino en el compartir, la igualdad, la fraternidad
y la convivencia pacífica.
-
Nos
identifica con Jesús y nos abre las puertas del Reino.
D.
EL VOTO POR LA POBREZA DIGNA Y POR LA OPCIÓN POR LOS POBRES
Resumamos:
-
El voto de pobreza está al servicio de nuestra
libertad, del compartir y de la solidaridad.
-
Es pobreza material porque decidimos vivimos
con sobriedad.
-
Es pobreza espiritual porque nos identifica con
la inmensa mayoría de las gentes de nuestro país y continente.
-
Es compromiso para luchar juntos contra la
miseria y un sistema que la organiza.
-
Nos unimos entre como hermanas y hermanos para
la solidaridad con los pobres y empobrecidos.
-
Damos un testimonio colectivo que de esta
manera individual, colectiva y solidariamente, se puede vivir mejor tanto en la
Iglesia como en la s
Así
seguimos verdaderamente a Jesús y hacemos acontecer sur Reino entre nosotros.
Ayudémonos
a lograr hacer de verdad la opción por los pobres según el ejemplo de Jesús y
ayudemos a nuestros hermanos a conseguirla también: ahí se juega nuestra entrada
en el Reino. Pues sí, ‘está a la mano’, la nuestra y la de los demás, en
particular la de los pobres.
C O N C L U S I Ó N.
E L Á R B O L
D E L R E I N O E S :
El
proyecto de Dios
sobre la creación
y la Humanidad
Con la imagen de un árbol hacemos un análisis de la realidad a la luz
de la Biblia, más particularmente de los capítulos 1 y 2 del Génesis, donde
nos presenta ‘la creación’, o más bien el
proyecto de Dios sobre la creación.
En su carta encíclica de 1975 sobre ‘La
evangelización de los Pueblos’, el Papa Pablo 6º escribía una frase lapidaria: “El Reino es lo único absoluto” (8). De
hecho la Palabra ‘Reino’ es la más utilizada por Jesús, según los Evangelios.
Bien se puede definir a Jesús como ‘El Profeta del Reino’. Veamos a seguir los
pasos de relato bíblico de la creación para entender el proyecto de Dios, su sueño que Jesús llamó el Reino, es decir,
un mundo de fraternidad.
-
Dios está a la raíz
y al origen de toda la creación.
-
Al
crear, Dios comparte lo que es, o sea, vida,
amor y comunidad. Para él y a su imagen, la ARMONÍA es el eje y la meta de todo el universo.
-
Dios
creó primero los 4 elementos, luego los vegetales y animales: eso es la NATURALEZA cuyo objetivo es, según
Dios, compartirlo todo para el
beneficio de todos. Todo esto va a ser el campo de la ECONOMÍA, o sea, la organización de las relaciones del ser
humano con la naturaleza, el compartir de todas las riquezas nacionales. En
esta parte, el pecado está en la acumulación.
Ver Éxodo 16,14; Mateo 20,1; Hechos 2, 42...
-
Después,
Dios creó a la HUMANIDAD cuyo
objetivo es el convivir. Esto va a
ser el campo de la POLÍTICA, o sea, la
organización de las relaciones todas las personas, del convivir entre sí y con todos los grupos étnicos de la nación.
El pecado está en el dominar. Ver
Éxodo 18,13; 1° Samuel 8; Marcos 10,42.
-
En
fin, Dios comunicó al ser humano su SABIDURÍA
para que nos podamos expresarnos de
múltiples maneras y, así, enriquecernos con el aporte de todos y todas. Esto va
a ser el campo de las IDEOLOGÍAS, o sea, la organización de las distintas propuestas
para expresarse, para organizar la economía y la política. El pecado está
en el engaño. Ver Daniel 2; Lucas
4,16; 1° Corintios 1,27…
Esto es el SUEÑO DE DIOS, su plan de vida, amor y felicidad. Es el árbol del Reino, que Jesús hará
presente, y que nos entregará para continuarlo y completarlo. Como vemos, el Reino lo abarca todo, la Economía, la
Política y las Ideologías. En una nueva manera de relacionarnos entre nosotros, con la naturaleza y con Dios.
Nada
escapa al sueño de Dios: Si las cosas marchan mal, es porque nosotros, los
humanos, nos hemos tomado suficientemente en cuenta el proyecto de Dios. O nos
hemos desinteresado, y nos hemos hecho cómplices y encubridores de la actual
situación. Nuestra misión es restablecer
el sueño de Dios.
Anexo : LOS VOTOS
EN LA NUEVA
ECLESIOLOGÍA DE COMUNIÓN
Mercedes Navarro
Puerto, MC
La función profética de los votos y la eclesiología
de comunión
Cada modo de vivir el
espíritu de Jesús, el evangelio, tiene su riqueza y su limitación, sus
funciones proféticas y su capacidad de anuncio. Los votos de la VR, según los
hemos esbozado en la perspectiva de la comunión pueden tener algunas funciones
dentro y fuera de la iglesia.
-
Dentro de la iglesia, pueden ser antes que nada denuncia crítica de la lógica de la
identidad y de los modos no evangélicos de concebir y vivir la comunión. Pueden
tener la función profética de desenmascarar la pretendida comunión y, como
Jesús, dejar a la vista los valores y la honradez de quienes son juzgados/as y
excluidos, y los contravalores de quienes se consideran dignos/as e incluidos
en la comunidad y en la comunión. A la vez, se convierte en propuesta
alternativa, evangélica, de comunión de lo diverso y plural, anuncio de la llegada del Reino que no
tiene acepción de personas ni juzga sobre ciertos supuestos de santidad y
corrección moral. La propuesta no es puntual ni coyuntural, sino un modo o
estilo de vida que pone de relieve los anhelos del Pueblo de Dios cuya expresión
ahoga o enmascara la estructura eclesiástica.
-
En la sociedad la forma de comunión que permiten y estimulan los votos de la VR es,
asimismo, una crítica a la lógica de la identidad hegemónica y exportadora de
Occidente. Es decir, una denuncia
activa y constante a la cultura
piramidal, patriarcal, excluyente y marginadora de la actual globalización
capitalista.
1.
La pobreza o si queremos, mejor, la solidaridad.
Ninguna
institución puede hablar de comunión si se establece sobre desigualdades
económicas. La comunión exige participación y, por tanto, compartir. La
justicia establece la base de la igualdad humana, pero no puede perder de vista
las diferencias reales humanas. La pobreza-solidaridad de la VR no puede crear
comunión hacia dentro y hacia fuera sobre el menos, es decir, recortando en
negativo, sino luchando por establecer los mínimos. En lugar de dar, compartir.
En la base del compartir se encuentra el intercambio y en el intercambio se
puede garantizar tanto la igualdad básica humana (la dignidad mínima) como las
diferencias de la pluralidad. No es una invención nuestra, pues ya existen
reflexiones y tímidos programas que desean recuperar el intercambio para las
transacciones económicas y en general de los bienes. Por lo tanto una
categoría que puede ayudar a repensar la pobreza-solidaridad de la VR puede ser
la del intercambio.
2.
La obediencia o práctica dialogal.
Tampoco
es posible la comunión en toda institución en la que prime el orden en función
de la eficacia de una determinada causa (partido, patria, rendimiento,
misión...). Hasta ahora éste ha sido uno de los criterios de la obediencia en
la VR, fundado sobre una determinada manera de entender la misión. En la medida
en que vamos acentuando la dimensión significativa de los votos y la eficacia
(inmediata) pasa a un segundo término, van emergiendo otras posibilidades. La
práctica dialogal y el discernimiento como una manera de estar en la vida crean
la comunión sobre una pluralidad de pensamiento, cosmovisión, culturas... El
intercambio activo de quienes comparten su modo de pensar, de ver y de estar en
la realidad genera algo nuevo[1] sobre lo que se puede decidir. Es claro que llegar a un
consenso en estos términos requiere un proceso más largo y complejo del que
suponen otras formas de autoridad. La autoridad, en este caso, no recae
masivamente sobre una o varias personas, sino sobre el proceso en sí[2]. Lo mismo puede decirse con respecto a la individualidad. La
obediencia o práctica dialogal no crea comunión interhumana y eclesial sobre la
supresión de las individualidades, sino, como reforzará el celibato, sobre el desarrollo
personal que requiere ser reconocido como individuo.
3.
El celibato o creatividad relacional.
Ninguna
institución puede pretender una comunión humana y humanizadora sobre la base de
cualquier tipo de represión, mucho menos de la afectiva, sexual y relacional.
La supresión de las diferencias, las clasificaciones jerarquizadas y polares
propias de la lógica de la identidad eliminan la angustia de lo diverso, pero
no pueden generar comunión. La igualdad relacional humana y su tensión con las
diferencias individuales no se establecen sobre los criterios de la biología,
el campo de fuerzas de la sexualidad o la capacidad procreadora que funda o
prolonga la dinastía personal o familiar. La comunión explora otras dimensiones
relacionales y vinculaciones profundas que, sin ignorar o suprimir las otras,
las hace relativas al valor de la propia persona[3] como individuo y abierta a modos de relación no necesariamente preestablecidos por una cultura determinada. Y hace
recaer este valor personal sobre la libertad, un supuesto de la obediencia o
práctica dialogal y del intercambio de bienes.
P R E G U N T A S
P R E P A R A T O R I A S.
OBJETIVO DEL RETIRO
Cómo recoger la vivencia de nuestra Vida Consagrada al servicio de los
pobres del año 2018, agradecerla y realizar nuevos compromisos para el
siguiente año 2019.
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PREGUNTAS
PREPARATORIAS cuyas respuestas conversaremos entre todos.
1. ¿Qué he entendido del tema que me tocó?
Para comunicar a las demás de qué se trata en
esta parte.
Tal vez indicar algún punto que aclarar…
2. ¿Cuál me parece ser el punto más importante?
Explicando por qué motivos.
3. ¿Qué Palabra del papa Francisco, de la Biblia
ilumina este voto?
Puede ser también otro texto que nos ha
iluminado bastante.
Con unos comentarios personales de los textos.
4. ¿Cómo aplicamos lo descubierto a nuestra
realidad, nuestra comunidad, nuestro trabajo pastoral, nuestra congregación,
nuestra Iglesia, nuestra sociedad…?
o
En el año 2018.
o Para
el año 2019.
¡Suerte!
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La vida religiosa es el gran regalo que las y los religiosos hacen a la
Iglesia y a la sociedad para enrumbarnos en la dirección correcta afín de
seguir como se debe a Jesús y construir eficazmente su Reino en la realidad de
hoy.
Gracias mil.
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